El jueves 24 de febrero nos mudamos a esta casa en Pucón.
Justo al lado funciona el Hostal Arauco desde donde escuchábamos a varios jóvenes hablar en una lengua muy extraña. Algunos días después supimos que hablaban hebreo y también nos enteramos que todos los años vienen a Pucón muchisimos turistas israelitas, como es el caso de nuestros vecinos.
No sabía cómo hablar con ellos Pensé que podía aprender hebreo así que vi unos videos de enseñanza de ese idioma en internet, pero me di cuenta que es muy difícil. Por lo mismo decidí que es mejor aprender a hablar inglés ya que todos los extranjeros lo hablan, y estoy avanzando de a poco.
En esta tarde de lunes tenía tiempo libre y se me ocurrió invitar a jugar ping-pong a algunos vecinos. Me atreví, invité a uno desde nuestro jardín, pero él no aceptó. Ya me iba a entrar a la casa cuando escuché que ese joven reenvió mi invitación a otros que venían llegando, y al final 4 aceptaron y fueron conmigo al salón del fondo de la iglesia donde está la mesa de ping-pong.
Jugamos y conversamos... en una mezcla de inglés, español y unas palabras de hebreo que había aprendido
Me dio un poco de risa cuando uno me preguntó si yo era judío, luego de que apunté con mi dedo hacia mí mismo y dije "aní" (que significa yo). Creo que es una buena motivación para seguir aprendiendo, ¿no?
Fue curioso encontrarme con israelitas y para ellos fue curioso hablar con un pastor.
Lamentablemente mañana ellos se van, pero al menos ya sé que es posible cruzar esta otra barrera.
Mi anhelo es poder predicarles el evangelio de Jesús, el Mesías prometido.
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