martes, 3 de abril de 2012

Sexualidad en la adolescencia


Hoy quiero compartir contigo un resumen de lo que tratamos en una reunión con adolescentes.

En primer lugar hablamos acerca del por qué no mentir, o por qué no robar y por qué no adulterar.

Algunas respuestas frecuentes a estas preguntas apuntan a las malas consecuencias que reciben quienes cometen tales acciones (ser avergonzado, ir a la cárcer, romper relaciones, etc.); otros mencionan las fuentes de autoridad de tales normas (porque mis padres lo dicen, porque la iglesia lo dice, porque la ley lo prohibe). Pero en el fondo son respuestas insuficientes o relativas, porque, por ejemplo no todos sufren las consecuencias y porque lo que para una autoridad puede ser malo, para otra es bueno o es indiferente.

Una razón mejor parecía ser: "Porque la Biblia lo dice, o porque Dios así lo manda". Pero la idea no es quedarse sólo con eso sino ir más allá para comprender por qué Dios nos da tales normas.

Siguiento lo aprendido con Josh McDowell en su campaña ES BUENO O ES MALO, guié a los presentes a ver la relación que existe entre PRECEPTO-PRINCIPIO-PERSONA.

Esto significa que los mandamientos o preceptos negativos (ej. no mentir) apuntan a un principio positivo (ej. la verdad), y a su vez estos principios son valiosos en sí y deben respetarse porque derivan del carácter o naturaleza de la persona de Dios (Dios es Verdad, Dios es verdadero).

Entonces, mentir es malo porque se opone a la verdad, y la verdad es buena porque Dios es la Verdad.

La misma cadena se puede establecer con cualquier otro mandamiento. Por ejemplo, robar es malo porque se opone al principio de la justicia y este principio debe ser respetado porque en su naturaleza Dios es Justo. Y a su vez, adulterar es malo porque se opone al principio de la fidelidad, la pureza y el amor; y estos principios son buenos porque Dios es Fiel, es Puro y es Amor.

En segundo lugar, pasamos a considerar la fornicación, que significa inmoralidad sexual fuera del matrimonio y más específicamente: relaciones sexuales entre solteros.

Revisando la Biblia, encontramos pasajes tales como:

"Huyan de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo;
pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca (1 Corintios 6:18).

"Hagan morir, pues, lo terrenal en ustedes: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría (Colosenses 3:5)

"pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis defornicación (1Tesalonicenses 4:3)

A esta altura más de alguno podría estar en conflicto, puesto que el bombardeo a diario de los medios de comunicación social, y las creencias y prácticas más comunes entre las personas apuntan a legitimizar las relaciones sexuales, por ejemplo, entre pololos.
¿Qué hacer entonces si lo que dice Dios se opone a lo que dice el mundo?


  • Podríamos buscar el por qué Dios fijó tal regla, y al hacerlo vamos a descubrir que las relaciones sexuales antes del matrimonio van en contra de los principios del amor y de la pureza, los cuales surgen del carácter puro y amoroso de nuestro Dios.
  • También podemos pensar en qué medida la fornicación se opone al amor. Al hacerlo, vemos que comúnmente va asociada al engaño, a la utilización del otro, y que pone en riesgo a la pareja en cuanto al peligro de contraer enfermedades de transmisión sexual o de que ella quede embarazada sin desearlo. Es decir, lo que parecía amor puede dañar a la otra persona... y a uno mismo.
  • Tal vez, para algunos, la clave esté en reducir los riesgos, pero esto no sería otra cosa que estar jugando con fuego, ya que el pretender usar siempre preservativos es una utopía (se necesita una enorme fuerza de voluntad para ser siempre fiel al condón... sobre todo en una escena cargada de pasión). Y algo similar sucede en cuanto a otros métodos anticonceptivos, que siempre dan lugar al error.
  • La campaña de prevención del SIDA propone también la opción de tener una pareja estable... ¡pero algunos cambian sus supuestas relaciones estables todos los años! En general, es frecuente pensar que ahora sí hallé a mi verdadero amor, con quien estaré por siempre, para luego desencantarme y buscar una nueva pareja estable.
  • La tercera opción de la campaña del SIDA es la abstinencia sexual, pero hablando bien en serio, está bastante desacreditada entre la juventud. Es que si alguien llegara a decir que opta por esta alternativa, corre el peligro de pasar por tonto o tonta, poco atractivo o atractiva, gay o lesbiana, sin serlo, ¡y nadie quiere pasar por eso!
¿Qué hacer entonces?

Definitivamente, vale la pena ir contra la corriente del mundo y escoger las normas de Dios que buscan nuestra protección de muchas cosas malas y buscan nuestra provisión de muchas cosas buenas. Así es, vale la pena esperar. Aunque nos cueste, siempre será mejor abstenerse sexualmente con tal de conservarse puro físicamente (libre de enfermedades de transmisión sexual) y espiritualmente (libre de culpa, de comparaciones con parejas anteriores, y libre de angustia emocional).

A modo de testimonio

Tal como le dije a los adolescentes, no me costó nada cumplir 40 años, pero sufría cada vez que cumplía 18, 19, 20 ó 21 años... sabiendo que nunca había pololeado y que ni siquiera había besado a alguna mujer. Es que la presión social por pololear pesaba sobre mis hombros.

Gracias a Dios, a tiempo pude aprender muchos principios de Dios como los que acabo de mencionar, y como consecuencia, pude esperar hasta el matrimonio para desarrollar mi actividad sexual.

Debido a esto, recomiendo con todo mi ser que los adolescentes no se apresuren a iniciarse sexualmente, es decir, que no pololeen hasta estar en condiciones de proyectarse con miras al matrimonio.

Les aseguro que Dios tiene razón al mandarnos que huyamos de la fornicación. Podremos ganar unas gotas de placer, pero acarrearemos un mar de heridas y malas consecuencias.


Y mientras tanto esperamos, podemos dedicarnos a conocer a Dios, a amarlo y a aprender a amar a las personas en relaciones no románticas. Podemos aprender a ser amigos, podemos prepararnos para ser un buen cónyuge en el futuro, podemos formarnos en el ministerio y en el mundo del trabajo. Podemos disfrutar de la familia y de la creación de Dios. En fin, hay mucho por hacer y por crecer.

Y si alguien te acusa de tonto o tonta, de feo o fea, de aburrida o aburrido... cuéntale con alegría y con esperanza acerca de tu Dios que te ama, que te cuida, y que desea lo mejor para ti, tanto en el presente siendo soltero(a) como en el futuro como casado(a).

Dios te bendiga y te cuide.

Pastor Santiago Castro Leguizamón

No hay comentarios:

Publicar un comentario