lunes, 28 de mayo de 2012

Cantar de los Cantares. El esposo alaba a la esposa.


1 15 ¡Hermosa eres tú, amiga mía!
¡Hermosa eres tú, y tus ojos son dos palomas!

10 Hermana y esposa mía,
¡cuán deliciosas son tus caricias!

7 ¡Cuán bellos se ven, princesa,

tus pies en las sandalias!
Tus torneados muslos son como joyas
labradas por un experto orfebre.
Se asemeja tu ombligo a una taza redonda
donde abunda la bebida.
Tu vientre evoca a un montón de trigo
circundado de blancos lirios.
Son tus pechos dos cervatos gemelos,
y tu cuello, una torre de marfil.
Me hacen pensar tus ojos
en los manantiales de Jesbón
que fluyen a la entrada de Bat Rabín.
Tu nariz se asemeja a la torre del Líbano,
orientada hacia Damasco.
Tu cabeza me recuerda a la cumbre del Carmelo;
bucles de púrpura son tus cabellos,
¡preso entre ellos se encuentra un rey!

¡Cuán bella eres, y cuán dulce!
¡Cuán delicioso es el amor!
Tienes el garbo de una palmera,
Y son tus pechos los racimos.
¡Ya he pensado trepar a esa palmera
y apoderarme de sus dátiles!

¡Sean tus pechos cual racimos de uvas,
y tu aliento, cual aroma de manzanas! 

Mis Preguntas:
Si eres mujer, ¿Qué piensas sobre el hombre que dice estas palabras a su amada?

Si eres hombre, ¿Qué piensas sobre el trato bíblico a la sexualidad en el matrimonio?

Nota:
Sé que se puede dar una interpretación alegórica al Cantar de los Cantares, pero si evitamos una lectura más literal vamos a perder las riquezas de las enseñanzas sobre la pureza y el gozo de la expresión del amor y de la sexualidad en el marco matrimonial.

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