Familiares por vínculos sanguíneos y familiares por vínculos
espirituales. De alguna manera eso sintetiza lo que somos las 10 personas que
nos reunimos en nuestra casa -en Loncoche- el fin de semana recién pasado.
Desde Temuco recibimos la visita de algunos familiares por
parte de Ruth, con motivo de este feriado de Semana Santa. Aprovechamos de
compartir historias y procesos personales y pudimos servir juntos en el Reino
de Dios.
Fue especial que ellos nos hayan colaborado en la primera
salida de evangelización en la plaza Blas Reyes. Unos ayudaron en la música y
otros en la distribución de folletos.
Al día siguiente todos participamos de nuestro culto de
resurrección y santa cena, y por supuesto también compartieron algunas
alabanzas especiales, esta vez con el apoyo no sólo de Rocío (que tocó su
flauta dulce el día anterior), sino del sobrino Yenko -en violín- y de nuestro
hijo Samuel en saxofón.
Más tarde, con el Tata Sergio y con Eli fuimos al culto en la comunidad mapuche de Muquén, donde ambos además de cantar pudieron compartir palabras a los hermanos sobre el ser mapuche y cristiano a la vez, y sobre cómo enfrentar bien la tercera edad.
Por último, a la hora de despedirnos, oramos en círculo,
tomamos una foto para el recuerdo de Sergio Liempi Marín con sus dos hijas y
nos quedamos pensando en lo bueno que sería que los miembros de la familia que
no son seguidores de Cristo también lo sean y así podamos decir para la gloria
de Dios, que con ellos igualmente somos familia por parte doble.
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