Eran Biblias con tapa negra y dura, en versión Reina Valera 1960 (que era prácticamente la única versión que se usaba en esos tiempos).
La usábamos en la Escuela Dominical, y me acuerdo que en un verano me dio un "ataque" por leer la Biblia, así que me puse a leer desde el principio. Mi mamá se alegró cuando ya había terminado de leer los 50 capítulos de Génesis.
Con el tiempo esas Biblias se estropearon por el uso, de modo que no conservo la mía, pero lo más importante es que hoy quiero reconocer a mi mamá por habernos hecho ese significativo regalo. Así fue, en un tiempo de escasez económica, ella supo invertir sus dos blancas en preciosos obsequios para sus dos hijos más chicos.
Gracias, mami. Yo también he seguido tus pasos. A Samuel y a Susana le hemos dado Biblias y compartimos las enseñanzas de Dios con ellos.
Pucón, Noviembre 2011 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario