Esa pregunta ronda por mi mente hace unos días.
Y la respuesta que encuentro es: lógicamente, los que creen en Jesús como el Señor y Salvador de sus vidas.
Creo que nosotros los cristianos debiéramos marcar la diferencia y alejarnos del frenesí consumista o frívolo que rodea en el ambiente.
Definitivamente, estoy en campaña de centrar la Navidad en Jesús y de aprovechar esta fecha para compartir el evangelio de salvación con otros.
También quiero buscar oportunidades para compartir el pan con los que padecen necesidad. ¿Por qué? Porque esa es la senda que nos dejó Jesús.
Y si se trata de regalos, quiero que mi vida sea una ofrenda para Dios... y a ti,
te regalo esta humilde reflexión.
¡Que tengas un bello tiempo familiar -y más allá de tu familia- en esta Navidad!
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