Hoy tomé
consciencia de esta realidad. Y como consecuencia, celebro que así sea.
Mi
situación es un tanto comparable con lo que le pasa a una mujer -que está
dedicada al cuidado de su hogar- cuando le preguntan si tiene trabajo. Unas responderán “No tengo trabajo, sólo soy
dueña de casa”, pero otras dirán “¡Tengo
mucho trabajo!”
Imagina el
siguiente dialogo:
-
Santiago,
¿tienes trabajo?
-
No,
estoy buscando trabajo.
-
¿Y
de qué has vivido tú y tu familia estos últimos 6 meses?
Desde hoy
creo que voy a responder esta usual pregunta, de una manera diferente. Es cierto que no he tenido un trabajo formal,
pero no he dejado de trabajar, de servir, de ayudar al prójimo, de compartir el
evangelio en palabras y en obras. Tengo la certeza de que sobre todo es a Dios
a quien sirvo, y que él es galardonador de los que le buscan. Mi Padre
celestial es mi Señor, mi amo, mi jefe, mi empleador. Estoy a sus órdenes, y creo
que Él se deleita en regalonearnos proveyendo lo que necesitamos para vivir y
para compartir con el que tiene necesidad.
Vamos con
un ejemplo: En el último mes, recibimos como familia, ingresos que duplican lo
que recibíamos en mi último trabajo. Nuestra mayor fuente de recursos proviene
de personas que son tocadas por Dios para bendecirnos financieramente. ¡Esto
nos impacta, y nos lleva a ser más humildes y agradecidos!
Gracias a
Dios no tenemos ninguna deuda. Hasta pudimos adquirir y pagar completamente un
departamento en estos meses de “cesantía”. Dios nos ha bendecido de maneras
inesperadas. ¿Por qué hace eso? Creo que es porque somos sus hijos, sus hijos
amados, hijos que le sirven y que anhelan ser cada vez más útiles en su Reino.
No encuentro otra explicación.
Por
supuesto que Ruth y yo también estamos dispuestos a trabajar en otro tipo de
trabajos, y cuando eso suceda, continuaremos viendo a Dios como nuestra
principal fuente de sustento; pero ¡déjame saborear este tiempo!
Soy
profesor de enseñanza básica, me encanta enseñar, varios reconocen que tengo un
don de la enseñanza, y me gustaría mucho poder bendecir a muchos niños con mi
servicio. Debido a ello he estado presentando curriculum vitae en distintos
establecimientos educacionales. Todavía no estoy empleado como docente, pero mientras
tanto, y seguramente después también, seguiré haciendo los trabajos que me
encargue Dios… como por ejemplo, escribir esta publicación, que como muchas
anteriores, puede servir para el bien de mis lectores y para que Cristo se
glorifique a través de ello.