lunes, 13 de junio de 2011

Un mapa del tesoro

Hoy tuve la dicha de saber que un ex compañero de curso y amigo desde la enseñanza media ahora es cristiano, es un hijo de Dios.

Recuerdo que él una vez aceptó hablar de religión conmigo, pero me pidió que dejemos a un lado todos los prejuicios, partiendo por el que supone que Dios exista.

A pesar de esa hostilidad inicial, en varias otras oportunidades pude hablarle del evangelio, cada ciertos años, a medida que nos reencontrábamos.

Si no fuera porque él lo cita, tal vez se me hubiera olvidado que en una ocasión le regalé un ejemplar de un Nuevo Testamento, que le vino a servir como un mapa del tesoro que lo condujo a Cristo.

Al leer su mensaje en esta mañana, me asombré de la obra de Dios en su vida y alabé a nuestro común Salvador y Señor.

¡Alabado sea Nuestro Padre y el Señor Jesucristo!

Paso ahora a reproducir un extracto del mensaje de mi amigo. Espero que sirva para que busquemos más de Dios y para que anhelemos que nos use conforme a sus propósitos, aunque los frutos no los veamos a corto ni a mediano plazo, y tal vez ni siquiera a largo plazo.



Santiago, querido amigo. Me alegra mucho saber que te encuentras bien junto a tu familia y en un lugar tan hermoso (...) Llevo mucho tiempo queriendo poder expresar mi gratitud por tu amistad y por ser el ser humano que eres. 

¿Recuerdas que un día, hace muchos años me regalaste un Nuevo Testamento?. Quiero que sepas, aunque sea por esta vía que hace años descubrí que es el mejor regalo que se puede dar. Hoy es mi mayor tesoro. No el que me regalaste precisamente. Me he comprado varias Biblias y he regalado también alguna. Poco a poco fui descubriendo la riqueza, sabiduría y vida que se esconden en sus letras.
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También quiero que sepas que de alguna forma mi corazón siempre estuvo dispuesto. Necesité, eso si, años de lectura para entender. Sé que me falta mucho conocimiento aún, pero mi corazón hoy está con Nuestro Dios Padre y con Cristo Jesús, mi maestro, guía y redentor. Tal vez te sorprendas por lo que digo, pero lo que escribo no es letra muerta ni palabra fácil, es mi convicción. Certeza que se ha ido forjando con lentitud pero cada roca de mi templo es fuerte, pesada, y labrada con paciencia y trabajo. El conocimiento que ese regalo me dio a conocer es el cimiento sólido de mi FE. La fe sin conocimiento tampoco sirve mucho. He conocido a algunos que tienen mucha fe, pero la depositan en mentiras y falsedades o en figuritas sin vida. Eso lo hacen porque no tienen conocimiento, ese que solo se logra con la ayuda del Espíritu Santo, estudio y un corazón dispuesto. Hoy sé que Nuestro Dios Padre es Verdadero y Viviente, y que EL Es Quien nos ama más que nadie. Tanto nos ama que envió a su Hijo amado a mostrarnos el camino y morir en pago por nuestros pecados e injusticias. Los dos somos padres y sabemos que no hay nada más preciado que un hijo. Hoy entiendo el amor que nos tiene, sé de su poder y misericordia. Lo busqué con todo mi corazón y apiadándose de mí me miró y escuchó. Hoy sé que el siempre escucha cuando nos mantenemos en sus caminos. Hoy sé que no hay fuerza mayor que Su Poder y Su Amor . Que, solo en El, nuestros esfuerzos tienen buen destino. Que solo sus caminos son verdaderos, buenos y justos. 
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No te sorprendas, se que tú sabes mejor que yo estas cosas. No te molestes si las digo de manera simple porque todavía me falta mucho por aprender. Pero quiero que sepas que no es mi interés validarme frente a ti ni parecer mejor a tus ojos. Ya que todo lo bueno que yo pueda lograr es gracias a El. Los honores son de EL. Jehová, Nuestro Dios Padre, Todo Poderoso, Santo y Eterno es el único que merece ser honrado y reconocido. Qué virtud hay en reconocer entre el Rey Verdadero y el falso. Eso es lo básico que se espera de un súbdito. O qué virtud hay entre reconocer El Amor de Nuestro Verdadero Padre y las argucias y engaños del impostor. Es lo básico que uno pide a un hijo. 
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Creo que en esto se expresa el gran amor que nos tiene. Porque EL nos pide lo básico y nos abre las puertas a toda Su Grandeza y Bendiciones. Sé que hay mucho que aún no he aprendido o entendido. Le pido a EL que me permita entender mejor y me dé un corazón vivo, bueno y fuerte para seguirlo con alegría y aún más FE. 
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Hace mucho que quería compartir esta alegría contigo. Me habría gustado decirlo en persona pero ya hace años que no te veo. Pero a pesar de que no me ves sé que te alegrarás. Solo quiero compartir contigo la alegría de que la FE en Nuestro Santo Dios llena mi corazón, por su gracia y misericordia. 
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Esto que te hoy digo no lo aprendí solo de la Biblia sino que, por su Gracia, he visto y he sido testigo de Su Poder y Bendiciones, como también de Su Gran Piedad y Misericordia para con nosotros, pero por sobre todo de su Amor y Justicia. 
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¿Recuerdas la parábola del tesoro que un hombre encuentra en un terreno, el cual entierra para regresar a su casa para venderla junto a todas sus posesiones y con ese dinero comprar la tierra donde ha escondido el tesoro? Cuando tú me regalaste ese Nuevo Testamento, lo que en verdad hiciste fue regalarme el mapa para encontrar este tesoro que es el más grande y mejor. Fuiste instrumento de Dios, un amigo verdadero que me mostró luz cuando mi corazón era oscuro y me dio agua de vida verdadera cuando estaba con sed. Gustavo fue también un verdadero amigo. 

El tiempo, el deseo verdadero de conocerlo, su misericordia y gracia, y la presencia de amigos como Gustavo y tú Santiago me han permitido caminar hacia El, e ir aprendiendo sus caminos gracias a la palabra de Nuestro Maestro y Redentor Jesucristo, Su Hijo Amado. Hoy te entiendo mucho mejor. Aprovecho cada oportunidad para intentar sacar el velo que no deja ver a muchos. Es difícil, pocos escuchan y muchos menos entienden. Pero no me desaliento, sé lo que padecen, yo vivía así. Mi segunda mayor alegría es que mis tres hijos me escuchan con paciencia y amor. Gracias Santiago, porque por tu gesto y amistad verdadera mis hijos escuchan lo que les cuento de Dios y de su Hijo Jesús. Los aliento para que entiendan desde niños lo bueno que es tener a Dios mismo a nuestro lado, para que no se aparten de EL. Grande es mi deuda contigo. Le pido a Nuestro Dios Que te bendiga y proteja siempre.