jueves, 22 de marzo de 2012

El camino del Señor es justo (Ezequiel 33)

El atalaya debía hacer sonar su shofar en presencia del peligro

En los primeros 20 versículos de este capítulo podemos ver lo siguiente:

Los pueblos toman un hombre de los suyos y lo ponen como atalaya o centinela o vigía.
Lo hacen responsable de cumplir con su función de advertir del peligro.
Si da la alerta de peligro, salvará su alma.
Si no la da, la sangre de los muertos recaerá sobre él.

Dios llamó al profeta Ezequiel como atalaya.

¿Cuál es el mensaje de Dios a los impíos (malos)?:  “El impío, ciertamente morirá”.
El profeta es responsable de publicar este mensaje al pueblo.

Situación de la casa de Israel:
Unos reconocen su pecado, ven que se están consumiendo por ello y se preguntan ¿cómo, pues, podremos vivir?
Dios responde que no se complace en la muerte de los impíos sino que se complace en que se vuelvan a Él. Dios dará vida a los que se convierten de sus malos caminos.

Dios quiere que la gente viva en rectitud:
Si un justo se confía en su propia justicia y practica la iniquidad, morirá por ello.
Si un impío se arrepiente y practica la justicia, ciertamente vivirá.

Pero los hijos del pueblo de Dios dicen:
¡Eso no es justo! (¡No es recto el camino del Señor!).
Dios responde que el camino de ellos no es recto.

Finalmente Dios afirma que juzgará a cada uno según sus caminos (de justicia o de iniquidad).

Preguntas:

¿Yo también soy un atalaya?
En Hebreos 13:17 la Palabra dice que los pastores velan por las almas de las ovejas como quienes han de dar cuenta.  Entonces yo, como pastor, también soy un atalaya.

¿Dios es injusto?
No lo es. Tiene todo el derecho de aplicar su justicia y darnos muerte a todos los pecadores. Es justo que condene a los que abandonan la justicia y siguen la iniquidad. Es justo que decida dar vida a los que se vuelven a Él y siguen la rectitud en vez de la maldad. Es justo y es misericordioso de su parte. Su justicia no le obliga a tener misericordia, pero la tiene de pura gracia con los que se arrepienten y viven para Él.

¿Concuerda este mensaje con el Nuevo Testamento?
Claro que si.
Jesús contó la parábola de los obreros de la viña para aclarar que no corresponde murmurar contra Dios porque Él tiene misericordia de quien quiere tener misericordia (Mt 20:1-16)

Dios espera que sus hijos vivan en santidad. No basta un arrepentimiento inicial que no esté seguido de un cambio de vida. Sin santidad nadie verá al Señor (He 12:14). Los que hagan la voluntad de Dios son lo que entrarán en su reino (Mt 7:21).  El que retiene la Palabra es salvo, si no lo hace, creyó en vano (1 Co 15:2).

Además, el NT confirma que el justo vivirá por la fe (Ro 1:17), de modo que no se trata de confiar en la propia justicia sino de confiar en Cristo y vivir la justicia de Él.

Por tanto, considera la bondad y la severidad de Dios:
severidad hacia los que cayeron y bondad hacia ti.
Pero si no te mantienes en su bondad,
tú también serás desgajado”. 
Romanos 11:22

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