viernes, 30 de septiembre de 2016

Dios no está muerto 2



Te recomiendo esta película.

Pronto puede llegar el día en que nosotros mismos tengamos que sufrir la persecución por creer en Cristo.

martes, 13 de septiembre de 2016

Sobre la serie Moisés y los 10 mandamientos

El día de ayer leí una publicación en Facebook sobre la vinculación de esta teleserie brasileña con Edir Macedo, el líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios, también conocida como "Pare de Sufrir". Junto con ello, se proporcionaba datos acerca del gran negocio que rodea a esta serie y a otras semejantes, llamadas "novelas bíblicas".

Ante tales argumentos, bien podrías decidir no verla ni recomendarla o hasta hacer una campaña para que los creyentes en Cristo nos alejemos de esa mega producción televisiva.

PERO en lugar de hacer eso, te pido unos minutos para decirte por qué creo que vale la pena verla y recomendarla.

Nunca antes vi una teleserie que retrate tan bien los valores bíblicos y que inspire tanto a seguirlos. Es cierto que no todo es literalmente bíblico, ya que como dice la autora, se trata de una novela y no de un documental, pero en el fondo siempre está presente la importancia de la fe en el Único Dios, tal como es presentado en la Biblia.

Admiro la manera en que se exalta el valor de la familia, del matrimonio, de la fidelidad conyugal, de la importancia de la espera antes de casarse. Hasta las escenas de expresión del amor sexual son representadas con pudor, aptas para todo espectador, de modo que cualquiera que las vea podrá quedarse con la idea de lo bello que es el deseo sexual entre los cónyuges. Sinceramente, no recuerdo haber visto algo así en la televisión pública.

Recuerdo cuando quedaba tan claro el contraste entre la opulencia de los poderosos egipcios versus la pobreza de los esclavos hebreos. A los ojos del mundo los primeros serían envidiados, pero quienes realmente eran felices, quienes tenían bellas familias y quienes tenían calidad de vida eran los últimos.

Hay muchos pasajes memorables, que reflejan muy bien lo que dice el Éxodo y otros libros de la Biblia. Por ejemplo, me impresionó ver el clamor que hicieron los esclavos a su Dios y cómo Él los oyó y envió un libertador, a quien estuvo preparando por años.

Al ver los capítulos sobre las plagas, quedó claro que el Dios de los hebreos era el verdadero Dios, y que los dioses de los egipcios quedaron impotentes ante Él. Hasta varios egipcios lo reconocieron como su Dios... pero la novela también muestra -recurriendo a la ficción- lo que pasó con Uri, quien siendo hebreo, prefirió los deleites temporales de los egipcios antes que sufrir -como Moisés- con los hebreos.

Otro aspecto que me impresiona es la sabiduría de los ancianos. Amran, Jocabed y Jetro, son tres personajes llenos de sabios consejos, siempre basados en la voluntad de Dios. Sin lugar a dudas, te digo que me encantaría llegar a ser como ellos. ¡Y qué bueno que en la televisión se pueda ver tales ejemplos de vida! Ojalá muchos programas y películas pudieran inculcar tales valores, en vez de tanta basura con llamados a la rebeldía, a la promiscuidad, al ateísmo y al ocultismo, que abundan en los medios.

La serie retrata bien la mansedumbre de Moisés y la terquedad de Coré. Sí, esto también me impacta. ¿Cómo puede ser que viendo tantas maravillas de Dios parte del pueblo siga teniendo un corazón duro e incrédulo? La Biblia lo registra y esta serie es un medio para que esta lección sea aprendida por nosotros.

Por eso y por mucho más, te recomiendo esta serie. Y lo hago, a pesar de la vinculación con Edir Macedo; y a pesar de que considero que a ratos la escritora ocupó demasiado tiempo en la ficción, y que en otros momentos pasó muy rápido por episodios de suma importancia en la Biblia.

Por último, por las dudas, te digo que la escritora de la novela es Vivian de Oliveira, quien es evangélica, asiste regularmente a la Iglesia Nueva (Nova igreja), cree en la inspiración de la Biblia, y afirma "no me gusta la religión... soy apasionada por Jesús". Ver artículo en portugués. Aquí encontrarás otro artículo.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Reconozco Mi Discapacidad

Reconozco mi discapacidad,,, mi discapacidad para ver correctamente la realidad, para identificarme con el sufrimiento ajeno, para darme cuenta de cuán ciego soy a las necesidades de otros.

Permíteme darte un ejemplo:

En nuestra iglesia, organizamos varias reuniones para matrimonios en este año. Invitamos a varios para que participen en ellas. Repartimos tarjetas y todo. Pero nunca invitamos al matrimonio de Sigifredo y Ruth.

¿Por qué? 

Porque él está postrado debido a una trombosis, porque casi no habla, porque tal vez ella no querría ir sola. Esas pudieron ser las causas, pero la verdad es que nunca me pasó por la mente invitarlos. Quizá las razones eran "obvias".

Después de leer un interesante artículo sobre "Las 18 heridas de la discapacidad", fui impactado con la octava herida, que trata sobre el distanciamiento causado por la segregación social o física. Consiste en que herimos a las personas con discapacidad cuando los excluimos de nuestras actividades o cuando hacemos programas solo para personas como ellos.

Ahí fue cuando noté que nosotros y yo mismo había cometido ese error con el hermano Sigifredo.

Pocos días después fui a ver a este matrimonio. Le conté a la hermana Ruthy que íbamos a hacer una cena para matrimonios en la iglesia y le pregunté si le gustaría ir con su marido.

Ella de inmediato me respondió que SÍ. Confieso que me llamó la atención su respuesta. Nunca me habló de sus limitaciones, ni presentó excusa alguna... solamente me pidió que los pasemos a buscar 45 minutos antes de la hora de citación porque es difícil sacar a su marido desde su pieza al comedor, luego a la calle, y finalmente subirlo a un auto.

En ese momento me percaté de cuán difícil era trasladar a su marido: de partida, no podía salir en silla de ruedas desde su pieza porque la disposición de las puertas se lo impedía; y había que pedir ayuda a otra persona para sacar en andas a su marido hasta el comedor donde podría ser sentado en la silla de ruedas.

De pronto se me ocurrió que podría ser de ayuda hacer un forado en una pared para instalar una nueva puerta, de modo que pueda entrar y salir la silla de ruedas hasta el borde de la cama.Se lo planteé a la hermana y a ella le pareció buena idea, y agregó que eso también permitiría que la pieza del Sigi reciba la calefacción de la estufa a combustión lenta del comedor y que esté más comunicado con ella.

Gracias a Dios, un par de semanas después llegó el día en que como ministerio de varones de la iglesia, pudimos llevar  a cabo la idea. Y junto con el hermano José Ñanco y con el hermano Nino Sánchez, llegamos un sábado a hacer el forado y a instalar la puerta, lo que no fue fácil, pero estos hermanos sacaron la obra adelante.

Lindo trabajo el de ese día. Uno donó los marcos de la puerta, otro donó las bisagras, la iglesia puso la puerta y el resto de la madera, otro donó la mano de obra, otro fue su ayudante... y yo fui el ayudante del ayudante, pero fui muy feliz al ver que pude ser una coyuntura que unea los miembros del cuerpo (Efesios 4:16).

Por supuesto hicimos una pausa en el trabajo para disfrutar el rico almuerzo que nos ofreció la hermana Ruthy junto con su hija y nietos. Y al terminar la obra, oramos junto a los dueños de casa, dando gracias a Dios por lo vivido.

Termino esta crónica, diciendo que una semana después, volví con mi esposa a esa casa, y recibí la linda sorpresa de que el hermano Sigifredo, al saludarme, me dijo "amigo".

Ahora solamente falta que los pasemos a buscar cuando se realice la esperada cena de matrimonios en nuestra iglesia.





Santiago Castro Leguizamón.
Pastor en iglesia Alianza Cristiana y Misionera, en Loncoche.