lunes, 12 de diciembre de 2011

Ovejas obedientes y pastores abnegados


Encontré en Hebreos 13:17 una joyita de sabiduría.


"Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso".

Ahí podemos encontrar el mandamiento básico para las ovejas (creyentes, pastoreados, miembros de la iglesia): obedecer a los pastores y sujetarse a ellos.

Ahí también se encuentra el deber básico para los pastores: velar por las almas de las ovejas, como quienes han de dar cuenta.

Sobre pastores y sobre pastoreados recaen estos mandamientos que tienen mucho peso y que exigen mucho:

  • Las ovejas pueden hallar que se les pide mucho, y podrían alegar que dependiendo de cómo sean los pastores van a obedecer o no.
  • Los pastores pueden considerar que se les pide demasiado, y podrían condicionar su calidad de servicio al grado de sumisión o de rebeldía de las ovejas.
Pero en este versículo no se plantea condicionamiento alguno, porque está hablando de lo elemental que corresponde al plan de Dios para la iglesia.

Es similar al mandamiento para los hijos acerca de honrar a sus padres; y al mandato para los padres de criar a los hijos en la disciplina y amonestación del Señor.

Por supuesto que si un padre le ordena a su hijo que se suicide, éste no debe obedecerle porque es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres, pero no porque existan excepciones pierde validez el principio general de obediencia a los padres. 

Y lo mismo se puede decir de las ovejas espirituales con respecto a sus pastores.  Es cierto que ha habido muchas órdenes basadas en abuso de poder o en manipulaciones que no debiesen ser obedecidas, pero eso no resta vigencia al principio general de sumisión a sus pastores.

He leído y escuchado muchas opiniones negativas sobre este versículo, como por ejemplo que es una típica cita bíblica usada por pastores inescrupulosos para manipular a los hermanos de la iglesia.

No desconozco que eso sea cierto, pero hoy quiero destacar lo maravilloso que es ver y estar en una congregación donde los hermanos son obedientes y sujetos a sus pastores, que se basan en la Palabra y que velan por las almas que están puestas por Dios a su cargo.

Con razón, este versículo dice que si los primeros cumplen su deber, los pastores harán su servicio no quejándose, sino con alegría, lo cual es provechoso para ambos.

Hasta ahora todos aquellos a quienes le pregunto si les gustaría estar en una iglesia así, responden con entusiasme que sí... y yo también. 

Esto me dice que Dios tuvo y tiene razón al instruirnos en esta materia. 
A Él sea la gloria.


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